un edificio, puede permanecer siglos.
Un maestro sabe que si se construye con amor y verdad,
lo que construya vivirá siempre".
John W. Schaltter
Esta cita es para explicarte la gran confianza que tengo en el poder de la educación y que sé que tú, joven docente, compartes conmigo. En este blog he leído una reflexiones que para mí han sido siempre importantes.
"Las expectativas que los demás tengan hacia nosotros, pueden condicionar nuestro éxito o fracaso en nuestros objetivos. Cuando alguien nos alienta, nos motiva y realmente cree en nosotros, nos empapamos como esponjas de esas creencias y pisamos el acelerador y no descansamos hasta alcanzar el objetivo. Realmente somos sensibles y permeables a las expectativas de otros, de forma que condicionan nuestras acciones.
De la misma manera, nosotros podemos ejercer un Efecto Pigmalión (EP) sobre las personas que nos rodean y favorecer que estos se desarrollen plenamente en sus objetivos vitales. Es un arma muy poderosa, pero también tiene un doble filo: al igual que un EP positivo puede ser altamente beneficioso, un EP negativo puede dar al traste con las ilusiones y limitar enormemente el potencial de una persona".
Y también:
"El ejemplo más conocido es el de un estudio psicológico que se realizó en un colegio. A un grupo de profesores se les hizo creer que una serie de alumnos (elegidos al azar) habían sacado puntuaciones más altas que el resto en unos de test de inteligencia, por lo que estos tendrían mejores resultados. Lo curioso del estudio, es que unos meses después se comprobó que estos alumnos efectivamente habían tenido mejor rendimiento y buenos resultados. Los maestros habían creado grandes expectativas para esos alumnos, de tal forma que su comportamiento se enfocó en que estos destacaran. Los alumnos a su vez, recibieron esas expectativas y condicionados por ellas, aumentaron su rendimiento".
Esa energía positiva es la que transmitimos a nuestros alumnos cuando les decimos, confiando en sus capacidades ,"tú puedes".
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