Me han encantado las palabras de despedida de mis alumnos.Se van al instituto recordando los buenos momentos, agradeciendo lo que han aprendido en la escuela primaria, a pesar de que estos últimos años han sido muy difíciles para todos.
Pienso que es porque siempre nos han acompañado en nuestra tristeza,en nuestra rabia, en nuestras decepciones y han sabido en todo momento que luchábamos por ellos, por los mas desfavorecidos, por la dignidad en nuestro trabajo...
Como una piña nos hemos arropado en los momentos complicados, que no han sido solamente laborales, muchos lo estáis pasando mal.Hemos aprendido a hablar de las dificultades, a escribirlas, a dibujarlas, a ignorarlas, a reírnos de ellas.
Muchos puños se han cerrado dando golpes en el vacio, han rechinado dientes y muchas lágrimas se han escondido o compartido, pero solo hemos resaltado las risas.Porque ha habido muchas, muchas muchas risas.El humor es un arma tremenda ante los problemas, desarma antes de empezar la guerra.
He de decir que han olvidado hablar de los abrazos, muchos abrazos y muchas palabras de disculpa, necesarias,¡que hay que saber decirlas!!Debe de ser que sobre eso no se escribe, se hace.
Tampoco en sus escritos han mencionado a unos maestros testarudos, empecinados en conseguir lo imposible(eso no existe) con aquellos que habían tirado la toalla hace tiempo y ya no querían seguir, esa maestra antipatica que no se rinde,¡pesada!!
Y todas las broncas por el escaso esfuerzo de algunos, eso tampoco lo han recordado, saben que es como el agua necesaria para hacer crecer la planta...
Sobre todo han aprendido a luchar por lo que es justo viendo a sus maestros hacerlo...y han aprobado el curso...
La semilla está plantada: el deseo de ser alguien, de conseguir lo que se desea y luchar por ello día a día, solo por eso nosotros, sus maestros, también hemos aprobado.
Estoy orgullosa de haber compartido mi trabajo y mi ilusión con todos vosotros, os deseo mucha suerte y¡cómo me gusta mi trabajo!!
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